DECORACIÓN ECOLÓGICA
«El resort más ecológico del mundo será un oasis». Este era el llamativo titular que me encontré en un dominical de un importante periódico de tirada nacional. Ante esta presuntuosa presentación, no tuve más remedio que leer en qué basaban tan firmemente este titular.
La primera impresión me viene a través de una magnífica imagen virtual, de una instalación de baja altura y gran tamaño, en lo que parece una zona desértica sin urbanizar. Zonas de dunas, vegetación subdesértica y colinas y laderas interrumpidas por unas grandes instalaciones diseñadas para el lujo y disfrute. ¿Otra vistosa obra más en la cuna del derroche y el despilfarro que son hoy los Emiratos Árabes Unidos?
Lo primero que leo, que el mayor problema al que se enfrentaban en dicho entorno era el agua. El agua, elemento fundamental de un oasis, la extraerían de profundos pozos. Esta misma agua regaría zonas de producción hortícola para el propio resort, y las frutas y carnes que no puedan obtenerse en el complejo se comprarían en pueblos cercanos. Además esta agua de los pozos la tomarían para una laguna en torno a la que gira el resort, en la que además aseguran se podría pescar.
Todo el complejo se autoabastecería con la energía que suministran las placas solares que lo cubren.
Ahora bien, ¿es realmente ecológico este resort?
Construir en un espacio aún sin desarrollar como este implica la construcción de unas infraestructuras viarias, instalaciones de electricidad, saneamiento, etc. El propio tráfico generado para construir estas infraestructuras en un espacio aislado genera un inevitable desplazamiento de maquinaria pesada que contamina irremediablemente el entorno, sin hablar del tráfico que generarán después huéspedes, autobuses, trabajadores, provisiones, mantenimiento, etc. Todo este impacto ambiental se podría ahorrar construyendo en un entorno urbano consolidado.
El desierto, posee un frágil equilibrio de sus ecosistemas, donde cada gota de agua tiene su aprovechamiento por parte de la fauna y flora subdesértica. Por ello, explotar un acuífero para crear zonas de spa y piscinas, es una temeridad tremenda. Además se plantea la creación de un lago, con la consiguiente evaporación acelerada en un entorno tan árido como este. Todo ello para conseguir la particularidad de dormir un par de noches en el exótico desierto de una forma confortable y lujosa.
El concepto de «ecológico y sostenible» no se reduce a poner placas solares y la imagen visual del proyecto, es una definición mucho más amplia a estudiar.
El proyecto pertenece al equipo londinense de Baharash Bagherian.
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